La endémica problemática de la prostitución en Barcelona
Coto a la prostitución
Desde el punto de vista legal no está totalmente claro que se pueda multar a quien ejerce la prostitución. En nuestro país no existe una ley que establezca taxativamente su ilegalidad, pero en la práctica la policía puede perseguirla y detener a quienes la practican y multar a los que la consumen. Ese ha sido el sistema que se ha utilizado en Barcelona para combatir el comercio sexual que se desarrolla en los alrededores del Camp Nou y que fue reflejado en alguna obra cinematográfica. No se ataca el problema, ni a quienes puedan estar detrás del negocio perpetrando el drama, sino a los que en teoría arriesgan menos, los que tienen poco que perder, pero que al final resultan ser, paradójicamente, los más débiles del eslabón: los consumidores.
Esa acción represiva ha conseguido -y hay que felicitarse por ello- que la prostitución se aleje de los aledaños del Camp Nou, pero como no podía ser de otra manera se ha trasladado a otras zonas. Probablemente, no es la fórmula, aunque dé resultados en estos momentos. En el año que va de septiembre del 2009 al mismo mes del 2010 se impusieron 330 multas a clientes de ese territorio, mientras que solo hubo 22 sanciones por tenencia de drogas y cinco por llevar armas. Es evidente que esa política ha dado resultados, pero nos equivocaríamos si no viéramos cómo evoluciona, por ejemplo, la nacionalidad -la miseria, en definitiva- de las prostitutas que acuden ahora al sur de la Diagonal y la degradación del negocio del sexo que se desarrolla en nuestra ciudad. No hay más ciego que el que no quiere ver.
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