Muchos políticos y sociólogos están seguros de que la población hispana en Estados Unidos podría jugar un papel clave en el futuro del país y creen que ha llegado el momento de tomar en cuenta a esta creciente fuerza laboral y electoral.
Los hispanos en Estados Unidos son parte del pasado cultural del país, pero sobre todo, según revelan las estadísticas, son un componente esencial del futuro y un factor clave en los escenarios electorales. “Antes un hispano en este país no podía esperar más que un salario mínimo de tres dólares por una jornada completa de trabajo”, dice el reconocido cantante de origen hispano Dante’s. “Pero las cosas han cambiado. Hoy día un hispano puede hacerse abogado, juez o médico”, señala.
El censo del 2010 señala que este segmento de poblacional vive una verdadera explosión demográfica: de ser una minoría étnica con poca o ninguna representación político-económica, los hispanos han pasado a ser en la última década un grupo mayoritario que define muchos aspectos de la realidad estadounidense.
“La población latina en Estados Unidos ha tenido una contribución muy positiva. Han generado ingresos y han pagado impuestos”, asegura el economista Manuel Salazar. “Gran parte de los indocumentados también han hecho una contribución muy positiva a la economía del país”, añade.
Pero no ha sido fácil y aún hoy persisten los obstáculos creados por aquellos que tienen dificultades para asimilar que todo cambia, especialmente el panorama social. Algunos estadounidenses de tendencia política conservadora, se oponen a la presencia de hispanos en vecindarios exclusivamente anglosajones. “Esta gente trae a nuestro vecindario enfermedades que habíamos erradicado antes. Lo mismo sucedió en los años 30 y 40, pero hoy la diferencia es que nadie hace algo al respecto y estamos llenos de latinos por todas partes”, opina el comentarista conservador Tony Katz
A pesar de los discursos contrarios a los inmigrantes, actualmente cerca de 50 millones de personas en el país son de origen hispano, según refleja el censo del 2010, y a eso hay que sumarle un contingente de entre 12 y 20 millones de latinos indocumentados, una fuerza laboral que con o sin papeles contribuye activamente a la economía y que rápidamente ha cambiado los patrones electorales del país. “Esperamos que los inmigrantes reciban el derecho al voto lo antes posible. Mandamos un mensaje a los que nos están discriminando, a los que utilizan algunos partidos, etc.”, enfatiza el organizador comunitario Aníbal Pérez.
No hay duda de que los hispanos han cambiado el panorama de ciudades como Miami, donde a cada paso uno puede encontrar el colorido mosaico cultural del alma latina. Más allá de esto, el censo informa que a partir del 2011 cerca de 15 millones de jóvenes hispanos empezarán a cumplir la edad necesaria para votar en las siguientes elecciones presidenciales. Esto podría definir mucho también la realidad política a corto y largo plazo.
Los hispanos en Estados Unidos son parte del pasado cultural del país, pero sobre todo, según revelan las estadísticas, son un componente esencial del futuro y un factor clave en los escenarios electorales. “Antes un hispano en este país no podía esperar más que un salario mínimo de tres dólares por una jornada completa de trabajo”, dice el reconocido cantante de origen hispano Dante’s. “Pero las cosas han cambiado. Hoy día un hispano puede hacerse abogado, juez o médico”, señala.
El censo del 2010 señala que este segmento de poblacional vive una verdadera explosión demográfica: de ser una minoría étnica con poca o ninguna representación político-económica, los hispanos han pasado a ser en la última década un grupo mayoritario que define muchos aspectos de la realidad estadounidense.
“La población latina en Estados Unidos ha tenido una contribución muy positiva. Han generado ingresos y han pagado impuestos”, asegura el economista Manuel Salazar. “Gran parte de los indocumentados también han hecho una contribución muy positiva a la economía del país”, añade.
Pero no ha sido fácil y aún hoy persisten los obstáculos creados por aquellos que tienen dificultades para asimilar que todo cambia, especialmente el panorama social. Algunos estadounidenses de tendencia política conservadora, se oponen a la presencia de hispanos en vecindarios exclusivamente anglosajones. “Esta gente trae a nuestro vecindario enfermedades que habíamos erradicado antes. Lo mismo sucedió en los años 30 y 40, pero hoy la diferencia es que nadie hace algo al respecto y estamos llenos de latinos por todas partes”, opina el comentarista conservador Tony Katz
A pesar de los discursos contrarios a los inmigrantes, actualmente cerca de 50 millones de personas en el país son de origen hispano, según refleja el censo del 2010, y a eso hay que sumarle un contingente de entre 12 y 20 millones de latinos indocumentados, una fuerza laboral que con o sin papeles contribuye activamente a la economía y que rápidamente ha cambiado los patrones electorales del país. “Esperamos que los inmigrantes reciban el derecho al voto lo antes posible. Mandamos un mensaje a los que nos están discriminando, a los que utilizan algunos partidos, etc.”, enfatiza el organizador comunitario Aníbal Pérez.
No hay duda de que los hispanos han cambiado el panorama de ciudades como Miami, donde a cada paso uno puede encontrar el colorido mosaico cultural del alma latina. Más allá de esto, el censo informa que a partir del 2011 cerca de 15 millones de jóvenes hispanos empezarán a cumplir la edad necesaria para votar en las siguientes elecciones presidenciales. Esto podría definir mucho también la realidad política a corto y largo plazo.