Un nuevo estudio que analiza el impacto del desempleo en la vida de las parejas ha establecido que la falta de trabajo afecta al matrimonio.
Las tensiones entre el cónyuge que trabaja y el que está en paro tienen consecuencias negativas tanto en el hogar como en el desempeño profesional de la persona con empleo.
Según los resultados publicados en la revista especializada Journal of Applied Psycology, este problema es relevante sobre todo para las culturas con devoción por la familia, el trabajo y la imagen social.
Maw-Der Foo, profesor de la Universidad de Colorado en Boulder, EE. UU., expresó su preocupación por la salud mental de los desempleados mismos y de sus familias. “Iniciamos el estudio pensando que el apoyo matrimonial aliviaría las tensiones del desempleo, pero descubrimos que no es el caso”, dijo.
Los datos que obtuvieron Foo y Zhao Li Song, profesor de la Universidad Nacional de Singapur, demuestran que “las parejas casadas se transfieren fácilmente las tensiones del uno al otro, pero no se ofrecen alivio uno al otro con la misma facilidad”.
Lo cierto, según Foo, es que las parejas saben cómo compartir problemas, pero no siempre saben buscar soluciones juntos.
Este estudio es importante en un contexto de altas tasas de desempleo en muchos países. Según la Oficina de Estadísticas Laborales federal, en EE. UU. el paro llega al 9,8% y entre los hispanos es mayor aún y supera el 13%.
Las parejas de los que están en paro pueden tener problemas laborales porque “si uno se siente mal en la casa, el efecto se sentirá en el trabajo, donde uno no podrá concentrarse”, comenta el científico de Colorado.
El objetivo del estudio era también “darle un rostro humano a la experiencia del desempleo”, explicó el profesor Foo. Por eso los científicos sugieren a las empresas ofrecer servicio de consejería personal y laboral no sólo a sus empleados sino a toda su familia.
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