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martes, 22 de febrero de 2011

Marroquís catalanes denuncian la corrupción consular

El cónsul de Marruecos niega las acusaciones de soborno
Aproximadamente 250 marroquís se concentraron ante el consulado de Marruecos de Barcelona para denunciar su mal funcionamiento bajo la consigna "basta de corrupción". Desde las 10 hasta las 15 horas del lunes un reguero de hombres y mujeres ha confluido ante la sede consular, en la esquina entre las calles Diputació y Rocafort donde han portado pancartas escritas en árabe, amazigh y catalán con lemas como “fuera el cónsul”, “basta de humillación” o “1 cita = 100 euros” mientras proferían gritos frente al edificio del consulado, férreamente vigilado por un contingente antidisturbios de los Mossos d'Esquadra.

Anticorrupción en el Consulado, ha declarado a este diario que es común la práctica del soborno en las dependencias consulares, especialmente para evitar los largos meses de espera que exigen los trámites burocráticos marroquís. Gartit afirma que en el consulado se encuentra “una prolongación de la mentalidad corrupta que lleva muchos años implantada en el Estado marroquí”.

En los alrededores del consulado, Hasna Berimo explica que lleva seis meses esperando y que todavía le quedan dos para tener la cita para tramitar su documento de identidad marroquí. Y no tiene dudas: “Si hubiese pagado, habría tardado un mes en conseguir mi cita”. La mujer, que luce velo y carga con un carrito de niño, se queja además de la poca salubridad de las dependencias consulares, la escasa ventilación y “la mala educación” de los funcionarios.

Nombres en árabe por obligación

Por otro lado, Berimo y Gartit coinciden en lamentar que el consulado solo acepte material administrativo, como formularios o fotografías de carné, vendido en un único establecimiento, sito en la calle Diputació, 51. “Cuando me hice el pasaporte traje fotografías de un locutorio de mi barrio y no me las aceptaron, tenían que llevar la marca del negocio en cuestión”, afirma el activista Álla N Ayt Lhis, de la Associació Catalano-Amaziga Anaruz N Afrika, quien además denuncia que en numerosas ocasiones los funcionarios no permiten inscribir con nombres amazigh a los niños recién nacidos. “Los padres tienen que acabar aceptando que oficialmente el nombre de su hijo o hija será en árabe”, asegura Álla N Ayt Lhis.

La encargada de Locutori i Serveis Varis Diputació 51 ha negado cualquier relación con el consulado, remarcando que el suyo es un “negocio privado que no da ni un céntimo al cónsul”.

La respuesta del cónsul

El cónsul general de Marruecos en Barcelona, Ghoulam Maichane, ha afirmado tomarse “con mucha paciencia las protestas” y ha desmentido las denuncias de soborno y corrupción de los concentrados añadiendo que “estas personas están en su derecho de manifestarse pero lo que no pueden hacer es acusar a alguien sin pruebas”.

Maichane ha negado que el consulado tenga algún tipo de acuerdo económico con el negocio del número 51 de la calle Diputació. En el caso de la tramitación del pasaporte, ha achacado las largas esperas a las “exigencias técnicas del nuevo pasaporte biomédico, que es imposible falsificar y que se fabrica en Marruecos”.

Sobre las malas condiciones físicas de la oficina consular, Maichane ha admitido que “todo el mundo sabe que las dependencias se nos han quedado pequeñas, lo sabe hasta el Ayuntamiento de Barcelona, y desde hace meses estamos coordinándonos con el consistorio para buscar un lugar aceptable y que no moleste a los vecinos”, y ha concluido: “El proceso de mejora ya está en marcha”.

Las plataformas cívicas, asociaciones y personas a título individual que han articulado la protesta han anunciado una nueva convocatoria ante el consulado para el jueves 24 de febrero a las 10 horas.

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