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jueves, 13 de enero de 2011

Lo que me sorprende.

Ya no me sorprende que la policía esté armada con fusiles mezclada entre los muchachos que salen de la escuela, tampoco que las mamás y los papás transporten a sus hijos menores sobre el tanque de la gasolina de las motocicletas y sin protegerlos con el casco mientras ellos lo llevan puesto, tampoco me sorprende, que la compañía de la luz por un mantenimiento ordinario, deje a toda la población sin luz durante un día entero, sin hacerse cargo de las pérdidas económicas que ésto ocasiona, etc. Lo que realmente me sorprende y me preocupa es la aceptación como cosa normal dichas anomalías, que los ciudadanos lo asuman como algo que no tiene remedio. ¡¡Qué se puede hacer!! Exclaman ante mi sorpresa.

Lo que es extraordinario lo hacen cotidiano a base de repetir y repetir la misma anomalía. Los ciudadanos, se acostumbran a sufrir los inconvenientes de que la luz se apague por que la compañía no moderniza sus sistemas de mantenimiento. La policía, no observa como un peligro para los muchachos el hecho de bajarse de su transporte, exhibiendo su armamento reglamentario ante el colegio en horas de salida. Y esta misma policía, no hace cumplir las normas de tráfico, impidiendo a los papás que sus hijos sean transportados de forma peligrosa.

La repetición de los hechos no debería de ser “ley de costumbre”. La ley no se hace a base de considerar normal lo que no lo es.

He de reconocer, que a mí al principio me sorprendía esos hechos y otros y que en momentos YA entro en el conformismo, pero hoy quiero gritar de nuevo contra el conformismo.

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