La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México llevaron a cabo un estudio dedicado a la difícil situación de los menores y adolescentes migrantes centroamericanos, en la frontera norte de México.
Entre otras cosas, en el informe se dice que alrededor de 400.000 migrantes irregulares de Centroamérica atraviesan México anualmente en su viaje con destino a EE. UU. Asimismo, el pasado mes de enero, más de mil migrantes indocumentados fueron detenidos por las autoridades mexicanas.
Según el jefe de la misión de la OIM en México, este estudio, titulado 'Niños, niñas y adolescentes migrantes centroamericanos en poblaciones del sur de México', es el primero de esta clase efectuado en el país. Allí se manifiestan las dificultades que viven los jóvenes migrantes centroamericanos, sobre todo los que permanecen durante largos periodos de tiempo en los estados fronterizos meridionales de Chiapas y Tabasco.
El informe contiene entrevistas a jóvenes que se vieron obligados a trabajar en granjas, como trabajadores domésticos o de vendedores ambulantes, revelando numerosos casos de abuso verbal y físico. En algunas ocasiones, los menores que trabajaban como personal doméstico fueron acusados por sus empleadores.
A menudo los menores migrantes de los países centroamericanos afirman ser de Guatemala (que tiene una frontera en común con México), para que las autoridades mexicanas les manden justamente al otro lado de la frontera y de esa forma ahorrar tiempo para poder nuevamente intentar atravesar el territorio mexicano rumbo a EE. UU.
A su vez, los menores migrantes de El Salvador y Honduras (países con comunidades numerosas en EE. UU.) pretenden entrar en el territorio de este país norteamericano para poder ver a familiares suyos o buscar empleo y mandar dinero a sus padres, que viven en sus países de origen.
A esta problemática se le suma el peligro de los cárteles de droga, que también hacen su frente en la zona limítrofe. Así, en agosto del año pasado, la Marina Armada de México encontró los cuerpos de 72 inmigrantes ilegales cerca de San Fernando, Tamaulipas, víctimas del cártel de los Zetas, uno de los más sangrientos del país. Después, en diciembre del 2010 en El Salvador, se conoció que al menos 50 migrantes fueron secuestrados en el estado de Oaxaca, en el sur del país.
Entre otras cosas, en el informe se dice que alrededor de 400.000 migrantes irregulares de Centroamérica atraviesan México anualmente en su viaje con destino a EE. UU. Asimismo, el pasado mes de enero, más de mil migrantes indocumentados fueron detenidos por las autoridades mexicanas.
Según el jefe de la misión de la OIM en México, este estudio, titulado 'Niños, niñas y adolescentes migrantes centroamericanos en poblaciones del sur de México', es el primero de esta clase efectuado en el país. Allí se manifiestan las dificultades que viven los jóvenes migrantes centroamericanos, sobre todo los que permanecen durante largos periodos de tiempo en los estados fronterizos meridionales de Chiapas y Tabasco.
El informe contiene entrevistas a jóvenes que se vieron obligados a trabajar en granjas, como trabajadores domésticos o de vendedores ambulantes, revelando numerosos casos de abuso verbal y físico. En algunas ocasiones, los menores que trabajaban como personal doméstico fueron acusados por sus empleadores.
A menudo los menores migrantes de los países centroamericanos afirman ser de Guatemala (que tiene una frontera en común con México), para que las autoridades mexicanas les manden justamente al otro lado de la frontera y de esa forma ahorrar tiempo para poder nuevamente intentar atravesar el territorio mexicano rumbo a EE. UU.
A su vez, los menores migrantes de El Salvador y Honduras (países con comunidades numerosas en EE. UU.) pretenden entrar en el territorio de este país norteamericano para poder ver a familiares suyos o buscar empleo y mandar dinero a sus padres, que viven en sus países de origen.
A esta problemática se le suma el peligro de los cárteles de droga, que también hacen su frente en la zona limítrofe. Así, en agosto del año pasado, la Marina Armada de México encontró los cuerpos de 72 inmigrantes ilegales cerca de San Fernando, Tamaulipas, víctimas del cártel de los Zetas, uno de los más sangrientos del país. Después, en diciembre del 2010 en El Salvador, se conoció que al menos 50 migrantes fueron secuestrados en el estado de Oaxaca, en el sur del país.
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