A una distancia de unos pocos cientos de kilómetros de un agujero negro, del límite a partir del cual ya es prácticamente imposible escapar, el espacio es una vorágine de radiación y partículas que se precipitan hacia el pozo definitivo a casi la velocidad de la luz, alcanzándose temperaturas de millones de grados. En un milisegundo las partículas cruzan esa distancia final, pero algunas pocas se pueden salvar, según sugieren las últimas observaciones realizadas, explican los expertos de la Agencia Europea del Espacio (ESA). Gracias al telescopio Integral de este organismo, un equipo internacional de astrónomos ha logrado medir procesos precisamente de ese milisegundo último que permiten comprender mejor qué pasa en el borde del agujero negro. En concreto, han medido la polarización de la luz emitida.
Philippe Laurent dirige ese equipo internacional que ha estado observando Cygnus X-1, un sistema binario situado a unos 6.000 años luz de la tierra y formado por una estrella masiva y un agujero negro compañero que está arrancando y atrayendo hacia sí la materia gaseosa del astro, y emitiendo en rayos X. "Cygnus X-1 es, probablemente, el agujero negro de un sistema binario mejor conocido de nuestra galaxia", afirman Philippe Laurent (CEA Saclay, Francia) y sus colegas en la revista Science al presentar los nuevos resultados. El sistema binario ha sido observado con muchos telescopios, desde hace tiempo, en todos los rangos del espectro, desde las ondas radio hasta los rayos gamma, añaden.
Con el Integral, un telescopio espacial diseñado para ver los rayos gamma y los rayos X, Laurent y sus colegas se han centrado en el caótico entorno del agujero negro y han visto que los campos magnéticos están ahí están fuertemente estructurados, formando un túnel de escape por el que algunas partículas huyen en el último instante de la atracción definitiva del agujero negro y forman chorros de materia hacia el espacio, explica la ESA en un comunicado. Las partículas de esos chorros siguen trayectorias espirales siguiendo los campos magnéticos y eso afecta a su polarización, con un patrón característico.
Esa polarización específica de los rayos gamma es lo que han logrado medir ahora los astrónomos, obteniendo una visión directa de la naturaleza de muchos procesos astrofísicos que puede ayudar a entender mejor los mecanismos de emisión de Cygnus X-I como modelo de otros sistemas binarios con un agujero negro.
"No sabemos aún exactamente cómo la materia que está cayendo en el agujero negro se transforma en estos chorros; hay un gran debate entre los teóricos, pero estas observaciones les ayudarán a decidir", dice Laurent. Se habían visto ya chorros alrededor de agujeros negros con radiotelescopios, pero esas observaciones no mostraban el objeto con suficiente detalle como para determinar cómo de cerca del agujero negro de originan, puntualiza la ESA.
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