El anciano sioux de la película Bailando con lobos desenvuelve un objeto que ha pasado de generación en generación: un casco de los primeros conquistadores españoles que pasaron siglos atrás por esas praderas de Norteamérica, pero que no se quedaron. A continuación abre un diálogo con John Dunbar (Kevin Costner) ?el militar blanco que se ha incorporado como un miembro más de la tribu? para intentar desvelar qué es lo que le ocurrirá a su gente. Si es que, como en el pasado, los nuevos conquistadores regresarán por donde vinieron o serán tantos, que los perseguirán y será el fin de su forma de vida. En la escena final del filme, Dunbar deja la comunidad sioux porque sabe que quedarse ahí no hará otra cosa que acelerar el fin de esa cultura y de ese pueblo.
Eso es precisamente lo que ha buscado el indigenista brasileño José Carlos Meirelles a lo largo de sus 40 años de trabajo. Extender por el mayor tiempo posible que las últimas 70 tribus que viven en relativo aislamiento en la selva amazónica brasileña puedan conservar su forma de vida en la medida que ellas quieran. Así, él como otros investigadores de la Fundación Nacional del Indio (Funai) y otras entidades han logrado que el Estado brasileño establezca un marco legal necesario para protegerlas, incluida la entrega de 105 millones de hectáreas para reservas indígenas.
tribus indígenas del Brasil |
Sin embargo, Meirelles sostiene que aún deben mantener la alerta, porque hay muchos grupos de presión (madereros, agrícolas, petroleros, de infraestructuras, entre otros) que ejercen su influencia en el Congreso brasileño y que quieren flexibilizar las actuales leyes ambientales. Eso sin contar con el abismo que aún existe entre lo que dice la ley o lo que muestra la realidad.
"Tenemos una legislación que contiene requisitos ambientales muy estrictos para las inversiones y para las obras de infraestructura. Pero hay grupos económicos que creen que esas leyes lo que hacen es retrasar el progreso", declaró el indigenista durante un debate realizado en la Casa de América, en Madrid, junto al naturalista español Luis Miguel Domínguez. Además, sostuvo que era necesario lograr un marco de protección en todos los países amazónicos para que éste sea realmente efectivo.
Meirelles estuvo en el centro del debate mundial a comienzos de año, cuando se divulgaron imágenes, en un breve documental, de algunos de esos pueblos indígenas aislados. Las críticas por haber invadido el territorio de esas tribus, con avionetas y helicópteros, no se hicieron esperar. El estudioso aceptó los cuestionamientos, pero dijo que con esto buscaba encontrar aliados en la sociedad civil y en la comunidad internacional para su cruzada y, sobre todo, dejar en evidencia la existencia de estas tribus que algunas autoridades y grupos de presión han pretendido negar durante años, para levantar las restricciones a la explotación de la selva ama-zónica. Por esta razón, aún en el siglo XXI, hay algunos que organizan cacerías de indios.
"Aunque esta gente [los indígenas aislados] no necesita nuestra compasión, su futuro no depende de ellos, no está en sus manos, sino en las nuestras. Si el mundo moderno se los traga, tendremos un mundo más aburrido, más igual, más pobre", aseguró José Carlos Meirelles. Asimismo discrepó con el término de indígenas "aislados", porque ellos saben que hay otros pueblos, otras culturas. "Esa gente no puede ser encapsulada. No son piezas de museo. La oportunidad o el momento de tomar o no contacto con nosotros es una decisión de ellos", destacó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario