He de imaginar que muchos de los que me suelen leer no les gusta el futbol.
Y seguro que a muchos les gusta el futbol, pero no son aficionados seguidores del Barcelona. De lo que si estoy seguro, es que a todos; aficionados o no al futbol, les gusta la historia de el por que de este Barça actual. Que en este mundo del deporte profesional, se haya creado una historia real de seres humanos, de futbolistas profesionales, de jugadores de futbol, que sobre muchas otras cosas aman a su club y sobre todo entienden la asociación de un compromiso con el que les hizo triunfar. Los llamados entrenadores, profesores o cualquier titulo que se les quiera dar, les dieron un ejemplo de honestidad con su deporte, de honestidad con el compañero etc. hoy recogen las mieles de lo aprendido y lo aplican en cada encuentro de futbol, en cada pase al compañero mejor situado en el campo, en cada pase de gol que recibe Messi. Por cierto, cada gol, cada balón de oro, cada felicitación que recibe Messi como figura destacada de este Barcelona, se debe al trabajo bien hecho en un lugar emblemático llamado La Masia.
Mucho más que una Masia
Homenaje a los que han hecho realidad este Barça de hoy y a su símbolo especial La Masia.
El símbolo de la cantera del Barça acoge un acto de reafirmación con algunos de los que iniciaron este proyecto hace 30 años
Rosell (presidente del club) anuncia que la nueva residencia se denominará La Masia. Centro de formación Oriol Tort
«Yo no soy mucho de hablar (Guillermo Amor), aunque aquí ya me tocó hacer los discursos de Navidad. Tienes que hablar tú, Pep». Pero ayer Pep no habló. Como en aquellos tiempos, cuando Guillermo era el mayor y el espejo en el que se miraba, Guardiola escuchó. Así que, entre risas, Amor tuvo que tomar la palabra para expresar lo que sienten tantos otros niños que han pasado por La Masia. «Gracias por dejarme entrar aquí aquel enero de 1980», explicó. Tenía 13 años, uno menos de la edad permitida. Pero con aquel chico de Benidorm hicieron una excepción. «Hoy he hablado con mi padre y me ha recordado lo bien que siempre lo trataron y lo mucho que se preocuparon por mi. Gracias a ustedes aquellos momentos duros no lo fueron tanto».
Este es el camino. Y ese espíritu se palpó ayer en las palabras y en los gestos. Amor, Guardiola y también Marc, el hijo del recién fallecido Pedraza, el primer jugador de la Masía que dio el salto al primer equipo, debieron sentir ese cosquilleo. «Qué recuerdos», comentaba Guardiola, incapaz de evitar esa sensación cada vez que cruza la puerta que durante unos años fue su casa. Ayer, cuando el técnico entró en el comedor, los niños que estaban almorzando le miraron con una mezcla de admiración e ilusión. Si alguien cree en la Masia es él.
Pero los tiempos cambian. Guillermo y Pep se pasaban horas jugando al futbolín, al billar, al ping pong. Ahora, también. Pero, desde ayer, los residentes tienen algo más para entretenerse, un símbolo de la nueva era. «Queríamos hacerles un regalo. Televisor y ordenador, ya tienen y nos pidieron una Playstation», explicó Mussons. Dos niños recibieron el juego de manos de Sandro Rosell. La cuestión es si alguien querrá jugar contra el Barça ni que sea a la Play.
Y en otro signo de que toda cambia, La Masia pronto dejará de ser lo que es para ser utilizada por el club y se trasladará a la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí, que se inaugurará a final de temporada. Mejor acondicionada y más amplia, mantendrá el nombre original, pero, según anunció ayer Rosell, con un añadido: La Masia. Centro de Formación Oriol Tort. Un reconocimiento a una de las figuras clave de la cantera azulgrana. «Que tengamos a Pep, a Amor, a tantos jugadores de casa, que desde pequeños son del Barça es lo que nos hace diferentes. Sin vosotros todo lo de hoy no existiría. Nos gustaría que esto durara 111 años más, que todas las juntas entiendan que este es el ADN del club», proclamó el presidente.
Un ADN que ha convertido al Barça en una especie única.
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